1. ¿Qué es el compost?
El compost existe desde que existe la vida en la Tierra, cualquier ser vivo
al morir si se deja en el suelo se pudrirá de forma aeróbica (con presencia de
oxigeno). Los agentes más efectivos de la descomposición son las
bacterias y otros microorganismos. Ya a nivel macroscópico se encuentran
las lombrices de tierra, hormigas, caracoles, babosas, milpiés, cochinillas, etc. que consumen y
degradan la materia orgánica.
El compost se usa en agricultura y jardinería
como abono para el suelo, en paisajismo, control de la erosión, recubrimientos
y recuperación de suelos.
El compostaje es una actividad que exige cierto esfuerzo a la hora de
vaciar nuestras compostadoras, pero es gratificante ver cómo vas mejorando la
estructura de la tierra de tu jardín. Es una actividad ecológica porque
reciclas parte de los residuos producidos en nuestras casas y aparte valorizas
tu basura ya que de otra forma iría a los vertederos, incineradores, etc,
medios de valorización de basuras poco sostenibles.
Algunos datos:
La basura diaria en los hogares contiene un 40% de materia
orgánica, que puede ser reciclada y retornada a la tierra en forma
de humus para las plantas y cultivos.
De cada 100kg de basura orgánica se obtienen 30 kg de compost.
Para hacer compost puedes aprovechar los residuos vegetales del jardín y
del hogar, en vez de tirarlos a la basura. El compost es un abono orgánico que
te servirá para mejorar la tierra
del jardín y para alimentar tus plantas.
La forma más elemental es hacer un montón en un rincón del jardín o usar un
cajón de listones de madera. Pero lo mejor es comprar un compostador prefabricado. Los hay
de distintos materiales (plástico, resina, térmicos, etc.) y tamaños diversos.
Los compostadores disponen de ventilación y
aberturas para que funcione la descomposición. No deben estar cerrados
herméticamente.
Materiales para fabricar nuestra compostadora:
- Madera
tratada con capa resistente a la humedad y a las bacterias.
- Ladrillo.
- Bloques de
hormigón.
-
Compostadores prefabricados plásticos.
- Bidones
metálicos o plásticos perforados.
- Jaulas de
alambre.
A la hora de
elegir o dimensionar la capacidad de nuestro
compostador, es conveniente elegir uno de mayor tamaño que el que
nosotros consideremos que nos haría falta, porque es probable que acumules más
residuos de los que piensas y se puede hacer necesario un segundo compostador.
También es muy recomendable disponer de una máquina biotrituradora para las ramas gruesas que no se
puedan cortar con las tijeras y para picar los restos vegetales y acelerar así
su descomposición. También en los
centros de jardinería venden activadores de compostaje, que ayudan a
acelerar el proceso de compostaje.
El compostador doméstico puede
estar en contacto directo con la tierra o bien se puede encontrar con una base
en zonas asfaltadas o en terrazas.
Si el compostador está en contacto directamente sobre la tierra, será muy positivo para el proceso de
compostaje, ya que facilitará que la fauna del suelo penetre en el compost para
procesarlo y el drenaje de éste.
Si no disponemos de una superficie con tierra, situaremos
el compostador de jardín sobre una base. En estos casos, el compostador dispone
en la base de un sistema de recogida de líquidos que permite recoger los
lixiviados.
Es mejor situarlo en un sitio poco visible porque no son elementos muy
decorativos, cercano a la huerta, porque así cuando los vacíes no tendrás que
cargar mucha distancia
En la sombra mejor
que en el sol, ya que si no, tendrías que regarlo con frecuencia para
mantener la humedad. El lugar ideal sería debajo de un árbol de hoja caduca o en una terraza
junto a unas plantas decorativas que le proporcionen suficiente sombra.
Los principales ingredientes de un buen compost
pueden ser una mezcla de residuos “verdes” y “marrones”. Los “verdes” son
restos que contienen savia y los “marrones” materiales más duros, como las
plantas viejas o los residuos del hogar.
Del jardín:
Hojas, césped, hortalizas, paja utilizada como
acolchado, ramas podadas (si las pasas por una triturada mucho mejor), serrín,
etc.
Las malas hierbas sólo si son anuales y no llevan
semillas, porque las perennes que tienen estolones (ej. grama) o bulbillos
(juncia o castañueña) o rizomas, pueden mantener su viabilidad y brotar.
Añadir lombrices es bueno igualmente.
Del hogar:
Cenizas, posos del café o de té, infusiones con
papel incluído, cáscara de huevo, frutas, verduras y hortalizas, periódicos no
impresos en color, pelos (sin teñir), etc.
5. ¿Qué no se debe echar?
- Los restos de comida grasienta, carnes, huesos, pescado,
lácteos y huevos no deben usarse para compostar porque tienden a atraer insectos y
otros animales indeseados y además puede producir malos olores.
- Productos lácteos, pueden añadir bacterias
indeseables.
- Plantas y frutos enfermos o gran cantidad
de vegetales podridos. Producen malos olores y putrefacción.
- Los excrementos de animales domésticos y
de personas. Llevan patógenos.
- Ceniza y serrín de madera tratada o
aglomerados. Colas y barnices. Esto es muy tóxico.
- Las cáscaras de cítricos y los restos de poda
de coníferas, porque alargan el proceso de compostaje y pueden dar lugar a un
compost ácido.
- Cualquier material que no sea orgánico y
biodegradable: plásticos ,vidrio, etc.
El proceso de creación del compost se trata es de que esas hojas, ramas,
césped, cenizas, etc. que echamos sean atacadas por microorganismos
(bacterias y hongos) y se descompongan, fermenten, transformándose así en otro
material con características distintas al original y muy bueno para el suelo y
las plantas.
Para que reciba aire desde abajo, se empieza por
una capa inferior con ramas más gruesas y no debe superar los 30 cm. Si
disponemos de materia orgánica no
descompuesta todavía, la utilizamos para cubrir la capa base. Encima de ésta se
añade una capa con restos de vegetación y todo tipo de material orgánico de
desecho. Cuando esta capa mida 20-30 cm, se cubre con una capa fina de
estiércol o alguna sustancia rica en nitrógeno (gallinaza, harina de pescado).
Encima de todo esto se añade otra capa de materia organica; a continuación otra
capa de sustancia nitrogenada, y así hasta el llenado de la compostadora.
Este proceso de descomposición se desarrolla en
varias fases:
1º. En las 2-3 primeras semanas las bacterias
actúan con intensidad, aumentando la temperatura del montón durante un periodo
corto de tiempo, debiendo alcanzar 60-70 ºC, para matar los gérmenes y la
mayoría de semillas. Un signo externo es el hundimiento del montón de compost.
2º. Al cabo de 2-3 meses se ha alcanzado el
primer estado de maduración: el compost fresco. De color grisáceo, es
apropiado su uso como acolchado, y proteger así el suelo de la erosión, de heladas,
de desecación y de la proliferación de malas hierbas.
3º. Pasados otros 4-5 meses desde la obtención del
compost fresco, nuestro compost ya debería estar maduro, oscuro, con olor a
tierra de bosque. Tendrá la humedad apropiada si al apretarlo en nuestra mano
notamos humedad pero no destila líquido.
El único cuidado del compost consistirá en vigilar que
no se pudra controlando la fermentación. De vez en cuando, toma un puñado de
compost con la mano y apriétalo. Si escurre líquido, corre peligro de pudrirse.
Incorpora material seco y dale forma de nuevo al montón. Si se desmorona, se
encuentra muy seco y debes humedecerlo. Remueve la mezcla una vez al mes para
airearla.
Lo más importante es una buena mezcla de los
materiales
7. ¿Cuánto se tarda en obtener un buen compost?
El compost estará listo en unos 3 meses en primavera-verano
y hasta 6 en invierno.
Para ver si ya está en su punto, toma un puñado en
la mano. Deberá tener un color marrón o negruzco, similar al del mantillo, olor
a bosque, y estar frío debido a la falta de actividad microbiana.
No se reconocerá nada de lo depositado hace unos
meses, excepto los trozos de ramas, las cuales se separan con el tamiz o con
las manos y vuelta a introducir al compostador para que continúe su proceso y
sirva de estructurante.
Si no usas el compost de inmediato, puedes
guardarlo en bolsas o sacos cerrados de forma hermética. Si al
estrujarlo desprende líquido, no lo almacenes en bolsas, ya que podría
pudrirse.
El compost obtenido se aplica al suelo una vez al
año; en nuestro caso, lo aplicamos a la huerta a principios de primavera antes
de comenzar la plantación. Puedes dejarlo sobre la superficie (5cm) como
acolchado o añadirlo bien mezclado con la tierra.
8. ¿Es necesario regar o añadir algún producto al compostador?
Si se hacen las aportaciones necesarias de cada
tipo de material, observando con cuidado si se tiene que añadir más material
seco o húmedo, normalmente no se tendrá que regar nunca el compostador. No
obstante, en verano será conveniente regarlo si se ve que en algún momento
puntual está muy seco debido a las altas temperaturas ambientales.
En caso de que no haya bastantes restos de cocina
(activadores del proceso), siempre podremos recurrir a un acelerador granulado
a base de microorganismos y sustancias orgánicas, que actúan sobre residuos
vegetales y otras materias degradables, acelerando su descomposición.
Si notas un olor a amoníaco, significa que hay
demasiado nitrógeno (material verde) sin mezclar con carbono (marrón). La
solución es mezclar con materia seca (por ejemplo, hojas secas) y
voltear.
Si notas un olor a podrido, significa que hay
demasiada humedad y poco oxígeno. La solución es mezclar con materia seca y
voltear.
Si ves que el compostador está lleno de materia
seca y fría, significa que falta humedad. Por lo tanto, la solución será
mezclar con restos de cocina verdes y voltear.
Las Moscas de la fruta no son ningún
problema, pero, si no las quieres ver o en menos cantidad debes enterrar un
poco los restos de cocina.
Si la mezcla resulta demasiado ácida y no
evoluciona, se puede incorporar cal al conjunto.
Añadir tierra inicialmente al compostador va a
favorecer el proceso, ya que esta tierra aportará hongos, bacterias y otros
microorganismos beneficiosos para empezar y acelerar el proceso de compostaje.
No obstante, no es necesaria y se puede empezar el proceso perfectamente sin
ella y se debe considerar que también ocupa bastante volumen y que pesará mucho
cuando se tenga que cosechar el compost.
10. Otros métodos de compostaje.
Vermicultura, Lombricultura
La técnica de la vermicultura se basa en la utilización de algunas
especies de lombrices de tierra para transformar desechos orgánicos
en vermicompost, lombricompuesto o humus de lombriz. En el proceso, las
lombrices de tierra no sólo usan los microorganismos que crecen en los residuos
para su nutrición, sino que también propician la actividad microbiana en el humus
producido.
Este humus se produce de la digestión de
materiales orgánicos por parte de las lombrices y posee altas propiedades como
mejorador de las propiedades físicas del suelo, tales como la permeabilidad y la retención de humedad.
Es una biotecnología basada en la cría de
lombrices para la producción de humus a partir de un sustrato orgánico. Es un
proceso de descomposición natural, similar al compostaje, en el que el material
orgánico, además de ser atacado por los microorganismos existentes en el medio
natural, también lo es por el complejo sistema digestivo de la lombriz.
El lombricompuesto se puede utilizar en
hortícolas, aromáticas, ornamentales, florales, árboles, arbustos, etc.
Compostador Urbano
Una opción doméstica para conseguir tu propio compost, se trata de reciclar tus residuos
orgánicos, transformando los desechos de cocina y jardín en el mejor
fertilizante. Es una medida cada vez más en boga en contextos urbanos
porque busca la preservación del medio ambiente fomentando el reciclaje.
En un rincón de nuestra cocina, terraza o balcón
estaremos transformando nuestros desechos orgánicos a través de lombrices en
fertilizante de alta calidad.
Los compostadores urbanos consisten en una serie
de bandejas consecutivas, las cuales contienen de abajo a arriba desde compost
maduro a nuestros desechos de cocina recién vertidos.
Es necesario adquirir lombrices rojas, las cuales
irán ascendiendo por las bandejas, una vez que hayan convertido en compost
todos los desechos. Las lombrices no se escapan del compostador, ya que está
cerrado herméticamente, y son capaces de reproducirse hasta alcanzar el número
de lombrices óptimo para procesar los desechos que les damos.
Añadiremos solo materiales orgánicos blandos y
troceados para facilitar la digestión de nuestras lombrices, habrá que vigilar
la temperatura 18-20°C y la humedad
70-80%.
Obtendremos humus de lombriz, el mejor fertilizante natural para nuestro
jardín, nuestras plantas, etc.
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